jueves, 30 de mayo de 2013

Glenn Hughes, Sevilla 28/05/2013

Sala Custom

Glenn Hughes: Voz, Bajo
Matt Filippini: Guitarra
Alessandro Del Vecchio: Teclados, Voz
Markus Kullmann: Batería

Antes de empezar el concierto, por los altavoces de la sala no para de sonar Neil Young & Crazy Horse. Esto me hace recordar que: 1-Tal y como está de mierda este país, es imposible que alguien se la juegue trayendo a Mr. Young y sus secuaces; 2-Que le tengo envidia cochina (sí, sí, cochina, no sana) al gran Joserra.

Glenn Hughes. Un tío simpático. Dicen que hace tres años se prestó a firmarte los gayumbos, si se lo pedías. Esta vez, según dice él mismo en facebook tenía prisa. Estuvo todo el concierto acordándose de sus amigos. De los que están y de los que ya no están. Incluso pareció que echaba de menos al mismísimo Blackmore. Hombre, con Matt Filippini en su lugar, hay que entenderlo (su solo de guitarra en Burn fue de aficionado)


Pues eso. Que se presentó en la semi-vacía Sala Custom flanqueado por la Matt Filippini Band, que son el propio Filippini a la guitarra, Alessandro del Vecchio a los teclados y voz (una vez finalizado el rodaje del Hobbit) y un animalaco de nombre Markus Kullmann a la batería.


Hughes tiene 61 años y parece sacado de un museo de cera. En la voz hay gato seguro, porque es imposible que con esa edad alcance esos registros. Pero quien tuvo, retuvo y lo cierto es que el tío está en forma, en la voz, tocando el bajo, moviéndose por el escenario. Es un tío simpático (¿lo he dicho ya?), y no para de hacerle guiños a la gente en las primeras (y únicas) filas, de decirnos cuánto nos quiere y cómo de feliz está de tocar aquí para nosotros. El tío además parece sincero, pues confiesa que no lo hace sólo por nosotros sino para él mismo, para sentirse vivo. En el repertorio, como era de esperar abundan los temas de la época Mark III y Mark IV. El arranque es brutal, desde Stormbringer hasta Sail Away. Visita a los primeros tiempos de Trapeze,  pesados devaneos soul en Mistreated, un gran tributo a su mentor Steve Wonder, recuerdos para su etapa con Tommy Bolin, el inevitable solo de batería...y de bajo. Ya en el bis, por fin un tema fuera de todo este revival y el inevitable, imprescindible, esperado y deseado Burn. ¡Cómo debió ser ver a Hughes en el año 74 con los Purple!.



Un concierto corto, pero aceptable, que es martes y mañana hay que madrugar:

Setlist:
Stormbringer
Might Just Take Your Life
Sail Away
Black Cloud
Mistreated
Superstition
Gettin'  Tighter
You Keep on Moving
---
Soul Mover
Burn

jueves, 23 de mayo de 2013

Festival Territorios, Sevilla 17-18/05/2013

Monasterio de la Cartuja

Yo soy mucho de ver conciertos completos en los festivales, pero este año, y a la vista del poco interés por el cartel, me he dejado llevar y he ido picando de aquí y de allá por lo que, y sin que sirva de precedente, no habrá en esta ocasión los habituales setlist.



Antonio Smash. Aburrido. Presentando su nuevo disco “Balas de amor” con una formación poco usual (dos guitarras, percusión y voces) no acabó de imprimir el pulso necesario para que el escaso público se olvidara del frío del viernes. Ni siquiera las socorridas versiones cono Something Else o Dancing in the Street lo consiguieron. Las canciones de su nuevo disco son hermosas pero, mejor en otro ambiente.


El Canijo de Jerez. Divertido. Absoluto heredero de la tradición garrapatera de Kiko Veneno y Pata Negra, petó el escenario 3 con su juerga, sus canciones, unos músicos del copón y un atrezzo que incluía motocicleta y carreta rociera (¿o era western?).

Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra. Circo. 10 personas en el escenario más las que subieron del público, pachangueo, fanfarrias y guiños (Pink Panther, Pink Floyd,…mucho Pink), malabarismos. Una versión balcánica (y un poco más sofisticada) de los Inhumanos. De verdad que no entendía el entusiasmo de la gente a mi alrededor. No me gustó nada.

Pony Bravo. Bravo. Un sonido cojonudo, original, potente. Tenía que haberme acercado antes a verlos. Sólo estuve un ratito. Noche de Setas...¡qué arte!


Fatboy Slim. Chunda-Chunda. Me encantan los temas de Fatboy Slim y sus vídeos, pero una hora y media non stop es excesivo. O será que ya no tengo edad para esto?. Y qué frio hace Right Here – Right Now, coño!!. La puesta en escena tampoco es que fuera espectacular: una pantalla detrás y unos pocos rayos láser. Con algunas trazas de Praise You se despidió y yo me fui a casa. 4:30 de la madrugada. ¡Qué poca sensibilidad para con los padres de familia!

Corizonas. Lo más mejor. Unos tipos que cantan en inglés sin complejos y hacen un rock sureño de lo más atractivo con reminiscencias de Spaguetti Western. ¿El truco?. Pues en mi opinión un absoluto líder en la voz (por mucho que quieran parecer una comunión de dos bandas), muchos y buenos músicos (tres y hasta cuatro guitarras) y cómo no buenas canciones y versiones. Se metieron al público en el bolsillo y creo que lo estaban retransmitiendo en video a no sé qué cadena de televisión.


O’Funkillo. Subidón. Años hacía que no veía a los Funkillo. Ni siquiera me percaté de que a la guitarra ya no está Javi Marssiano sino Rafa Kas. Con los mismos recursos que hace 15 años petaron también el escenario 3 con varias generaciones de público. Desde los puretas como yo que iban a ver cómo están de gordos Andreas & Co. hasta chavalillos que seguramente no los conocían y se quedaron flipados con la descarga que recibieron. Esos cuehnos ahí!!.

Fuel Fandango. Ni fú ni fá. No estuve mucho tiempo viéndolos.

Fangoria. Estafa. Más falso que un billete del monopoly. Pero la gente estaba entregada. Deseosa de escuchar esos clásicos de los 80. Aunque los pocos que llegué a escuchar estaban tan cambiados que perdían todo el encanto. En el escenario pechugas por doquier aunque desde mi posición no me atrevía a asegurar la naturaleza de lo que tuvieran en la entrepierna.

Por último quejarme (sólo un poquito, que tampoco hay que hacer sangre) de la organización de este año. Definitivamente no es buena idea orientar los escenarios 1 y 2 en la misma dirección y sentido. Ya sé que de otra forma el escenario 2 se hubiera comido el Dub Corner pero...¿qué hace ahí ese chiringuito?. Y las colas para sacar las moneditas te quitaban las ganas de consumir. Al menos a mí. Lo mejor, el precio popular de entradas y abonos que ha hecho que se batiera el record de asistencia. Sé que los tiempos no están para pagar a grandes estrellas así que me doy por satisfecho. Ánimo y adelante para el año que viene.